PARASITOS EXTERNOS EN CONEJOS, COBAYAS Y CHINCHILLAS

Al igual que ocurre con perros y gatos, estas pequeñas especies pueden presentar parásitos externos que, según el caso, podrán suponer un cierto riesgo para las personas que convivan con ellos, por lo que se deben mantener unas condiciones higiénicas adecuadas de las jaulas.

Podremos distinguir cuatro grupos de parásitos externos que afectan a las especies de las que estamos tratando:

  1. Piojos
  2. Pulgas
  3. Garrapatas
  4. Ácaros
  • Piojos:

El piojo del conejo Haemodipsus ventricosus es un parásito chupador de sangre que se ve raramente en conejos de compañía y sólo en casos de parasitaciones masivas provoca anemia, perdida de peso, pápulas, prurito y perdida de pelo por rascado.

Los piojos de las cobayas Gliricola porcelli (foto) y Gyropus ovalis son más frecuentes de ver y, a diferencia de los de los conejos, no se alimentan de sangre si no del folículo del pelo, provocando un mal aspecto del mismo junto con alopecias y costras.

 

  • Pulgas:

Tanto los conejos como las cobayas se pueden ver afectados por las pulgas de perros (Ctenocephalides canis) y gatos (Ctenocephalides felis), manifestandose mediante un pelo en mal estado que fácilmente se desprende dejando parches sin pelo junto con picor y costras, principalmente en cara y  orejas. Además de provocar dermatitis en los conejos, las pulgas pueden transmitir enfermedades como la mixomatosis.

 

Por su parte, las chinchillas no se suelen ver afectadas por piojos ni pulgas salvo excepciones en las que convivan con animales altamente parasitados.

 

  • Garrapatas:

Por su parte, las garrapatas son casi idénticas que las de los perros o gatos, si bien es bastante poco frecuente verlas en especies domésticas ya que no suelen salir al exterior y por tanto se minimiza el riesgo de adquirirlas. 

Las garrapatas se alimentan de sangre mediante un sistema de anclaje a la piel que impide que se desprendan por el movimiento o rascado del animal, pero apenas le provocan picor ya que secretan sustancias anestésicas con la picadura.

 

Al igual que las pulgas, las garrapatas suponen un riesgo para el animal ya que pueden ser transmisores de enfermedades víricas tales como mixomatosis, enfermedad vírica hemorrágica, tularemia, etc.

 

  • Ácaros:

En cuanto a los ácaros, existen dos grandes grupos, los ácaros externos o no aradores, y los internos o aradores, más comúnmente conocidos como ácaros de la sarna.

Los ácaros aradores excavan túneles en la piel del animal parasitado, alimentándose del tejido subepitelial, mientras que los ácaros externos no excavan túneles sino que viven en la superficie de la piel y se alimentan de células de descamación de la misma. 

En el caso de los conejos, lo más frecuente es la parasitación por :

 

Psoroptes cuniculi, ácaro de los oídos, que provoca la aparición de costras de gran tamaño en el conducto auditivo pudiendo llegar a obstruirlo completamente.

Cheyletiella parasitivorax, o “caspa andante”, que provoca la aparición de descamación abundante, principalmente en la región del dorso.

 


En el caso de las cobayas y las chinchillas son más frecuentes las parasitaciones por ácaros aradores (Trixacarus sp., Chirodiscoides sp.), que provocan la aparición de lesiones costrosas, sin pelo y engrosadas, que suelen terminar infectadas por el continuo rascado del animal.

 

Hay que tener presente que en todos los casos de ácaros, existe el riesgo de transmisión a personas, por lo que hay que tomar las medidas higiénicas oportunas.

 

En todos los casos el diagnóstico se lleva a cabo mediante observación directa o raspado profundo de la lesión y posterior observación microscópica para identificación del agente causal.

El tratamiento es sencillo, aunque en ocasiones largo, ya que se trata con fármacos cada 7, 14 o 21 días durante varias dosis. 

 

  • PREVENCIÓN:

Es importante prevenir las infestaciones por parásitos externos. Hay antiparasitarios específicos para conejos y roedores que se pueden usar con seguridad. El uso de estos fármacos siempre debe estar prescrito por un veterinario especialista en animales exóticos, ya que hay algunos antiparasitarios para perro y gato que pueden causar la muerte a las mascotas exóticas. 

 

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